viernes, 21 de febrero de 2014

REFLEXIÓN DEL DOMINGO VII TO CICLO : "Nuestra meta ser santos"

Cada domingo vamos a la Eucaristía para alimentar nuestra vida de fe por medio de la escucha de la Palabra y, con las debidas condiciones, recibir en la Comunión al Señor. Nos miramos cada domingo en el espejo de Cristo y recibimos de Él la mejor enseñanza para la vida. De ninguna manera podremos decir que las misas son aburridas, si alguien lo dice es que falla algo. Revisad si vais con el convencimiento de encontraos con Cristo, de si vais a escucharle o vais con la puerta de vuestro corazón cerrada. En este domingo nos hablará sobre nuestra relación con el prójimo.

En la primera lectura se determina como debe ser la relación con los demás, entre los hermanos, el modelo que presenta es el de Dios: Dios es santo, pues vosotros debéis ser santos. ¿Os parece imposible? Él lo hará posible; se nos dice que le imitemos, que no nos conformemos con hacer lo que todos hacen, debemos hacer más, ser capaces de amar al prójimo, hasta a los enemigos. Jesús especifica que quiere caridad, generosidad, entrega.

En el salmo responsorial podemos ver lo que significa ser santo, como Dios es santo: compasivo y misericordioso; perdona, cura, rescata, colma de gracia y ama a los que le odian. Como este Padre debemos ser los hijos, lograr que nuestro corazón y nuestros sentimientos vayan por este camino es una tarea diaria, el reto de nuestra vida espiritual. Esta semana nos llevamos trabajo a casa: no podré decir que estoy atento a lo que Dios me pide, si no soy capaz de imitarle. Los deberes están claros: lento a la ira, comprensivo, perdonador, rico en clemencia... La caridad con el hermano aparece como una consecuencia absolutamente ligada a nuestra fe en Dios y se debe notar en nuestro estilo de vida.

La manera de ser, que nos pide Dios es algo más que ser educados, se trata de un estilo basado en el amor gratuito, desinteresado, de entrega sin esperar recompensa. El amor siempre es comprometido, incluye, como ya nos dice la primera lectura, la corrección fraterna; amar no significa cruzarse de brazos, es estar dispuesto a ayudar; presentar la otra mejilla escandaliza sólo a quienes no comprenden las razones de la fe… Te propongo que antes de darle la paz al de al lado, lo pienses bien, porque le dirás el mismo “Amén” que a Cristo en la Comunión.

Jose Manuel Lorca Planes- Obispo de Cartagena.

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