domingo, 2 de febrero de 2014

JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA 2014: 02 DE FEBRERO 2014




"La alegría del Evangelio en la Vida Consagrada", bajo este lema, y coincidiendo con la solemnidad de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra en este fin de semana la Jornada de la Vida Consagrada. El lema escogido para este año está en plena sintonía con la primera exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii gaudium, publicada el domingo 24 de noviembre, solemnidad de Jesucristo Rey, en la clausura del Año de la Fe.




“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Estas son las primeras palabras de la exhortación apostólica del Papa Francisco. Entre los que se encuentran con Jesucristo están de modo especial las personas consagradas, cuya vocación (consagración, comunión y misión) se entiende plenamente desde el encuentro personal con Jesucristo pobre, casto y obediente, a quien siguen más de cerca y con radicalidad evangélica.



La alegría de los miembros de vida consagrada nace de Dios, que es la fuente de la verdadera alegría. La alegría en la vida consagrada procede de la fe, que a su vez proviene de la acogida de la Palabra de Dios. “El anuncio de la Palabra crea comunión y es fuente de alegría. Una alegría profunda que brota del corazón mismo de la vida trinitaria y que se nos comunica en el Hijo (...). Según la Escritura, la alegría es fruto del Espíritu Santo (cf. Gál 5, 22), que nos permite entrar en la Palabra y hacer que la Palabra divina entre en nosotros trayendo frutos de vida eterna” (cfr.Benedicto XVI, Verbum Domini, 123).

ORACIÓN

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca, 
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Tú, llena de la presencia de Cristo,
llevaste la alegría a Juan el Bautista,
haciéndolo exultar en el seno de su madre.
Tú, estremecida de gozo,
cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la Resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu 
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor,
esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia,
de la cual eres el icono purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión
por instaurar el Reino.
Estrella de la nueva evangelización, 
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.


PAPA Francisco

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