viernes, 31 de enero de 2014

MISA FUNERAL DE Dª DOLORES GARCÍA MARTÍNEZ

El pasado día 27 de Enero de 2014 falleció Dª DOLORES GARCÍA MARTÍNEZ en Mazuza a los 91 años de edad. Era viuda de D. Gregorio Sánchez García. Deja 3 hijos llamados Gregorio, Mª Ramona y Aquilino

La misa funeral será:


  • DÍA: 31 de Enero de 2014
  • HORA: 19: 00 horas
  • LUGAR: Parroquia de Santa Bárbara.


DESCANSE EN PAZ.

HORARIO DE MISAS DEL MES DE FEBRERO DE 2014 BENIZAR-OTOS-MAZUZA Y SANTUARIO VIRGEN DE LA ROGATIVA


3ª CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO SOBRE LOS SACRAMENTOS: LA CONFIRMACIÓN: Sin la Confirmación nuestros muchachos quedan a medio camino, alerta el Papa Francisco



CATEQUESIS SOBRE LA CONFIRMACIÓN, DEL PAPA FRANCISCO

En la catequesis de este miércoles que dedicó a la Confirmación, el Papa Francisco explicó que sin este Sacramento nuestros niños y muchachos “quedan a medio camino”, por lo cual es sumamente importante procurar que lo reciban siguiendo una adecuada preparación.
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre explicó que “es importante tener cuidado de que nuestros niños, nuestros muchachos tengan este sacramento. Todos nos preocupamos de que estén bautizados y esto es bueno, ¿eh? Pero tal vez no tengamos tanto cuidado de que reciban la Confirmación: quedan a mitad de camino y no reciben el Espíritu Santo, ¡eh!, ¡que es muy importante en la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante!”
“Pensemos un poco, cada uno de nosotros: ¿Estamos, de verdad, preocupados de que nuestros niños y muchachos reciban la Confirmación? Es importante esto: es importante. Y si ustedes tienen niños o muchachos en casa que todavía no la han recibido y tienen la edad suficiente para recibirla, hagan todo lo posible para acabar esta iniciación cristiana para que ellos reciban la fuerza del Espíritu Santo. ¡Es importante!”
El Papa resaltó asimismo que “la Confirmación debe ser entendida en continuidad con el Bautismo, al que está vinculada de manera inseparable. Estos dos sacramentos, junto con la Eucaristía, constituyen un único evento salvador que se llama la ‘iniciación cristiana’, en el que somos insertados en Cristo Jesús muerto y resucitado, y nos convertimos en nuevas criaturas y miembros de la Iglesia”.
Tras subrayar que Confirmación significa “unción”, el Papa indicó que este Sacramento “confiere un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; completa nuestro vínculo con la Iglesia; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de su cruz”.
“Por supuesto, es importante ofrecer a los que reciben la Confirmación una buena preparación, que debe tener como objetivo conducirlos a una adhesión personal a la fe en Cristo y despertar en ellos el sentido de pertenencia a la Iglesia”.
El Pontífice dijo también que “cuando acogemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, y lo dejamos actuar, Cristo se hace presente en nosotros y toma forma en nuestra vida; a través de nosotros, será Él -oigan bien esto, ¿eh?– a través de nosotros será el mismo Cristo quien orará, perdonará, infundirá esperanza y consuelo, servirá a los hermanos, estará cerca de los necesitados y de los últimos, creará comunión y sembrará la paz”.
“¡Piensen en lo importante que es esto: que es a través del Espíritu Santo, que viene Cristo para hacer todo esto en medio de nosotros y para nosotros! Por esta razón, es importante que los niños y jóvenes reciban este Sacramento”.
Para concluir, el Papa Francisco dijo: “¡Queridos hermanos y hermanas, recordemos que hemos recibido la Confirmación, todos nosotros! Recordémoslo ante todo para dar las gracias al Señor por este don y luego para pedirle que nos ayude a vivir como verdaderos cristianos, a caminar con alegría según el Espíritu Santo que nos fue dado. ¡Está visto, que estos últimos miércoles, a mitad de la audiencia, nos bendicen desde el Cielo: pero, ustedes son valientes, adelante!”

LOS CATEQUISTAS QUE QUIERE EL PAPA FRANCISCO.



LOS CATEQUISTAS QUE QUIERE EL PAPA FRANCISCO.

1.   Catequistas modelos de Fe

Todos, al hacer memoria de nuestro propio proceso personal de crecimiento en la fe, descubrimos rostros de catequistas sencillos que, con su testimonio de vida y entrega generosa, nos ayudaron a enamorarnos de Cristo.

 2.     Catequistas que viven el encuentro personal con el Señor:

Toda vocación, mucho más la del catequista, presupone una pregunta: ¿Maestro, dónde vives? Ven y verás... De la calidad de la respuesta, de la profundidad del encuentro surgirá la calidad de nuestra mediación como catequistas. La catequesis necesita de catequistas santos, que contagien con su sola presencia, que ayuden con el testimonio de su vida.
 

3.    Catequistas que busquen el encuentro personal y vivo a través de la Eucaristía:

Todos experimentamos el gozo, como la Iglesia, de ésta presencia cercana y cotidiana del Señor Resucitado hasta el fin de la historia. Misterio central de nuestra fe. En la visita y la adoración al Santísimo experimentamos la cercanía del Buen Pastor.

 
4.    Catequistas que combatan la miopía espiritual: 

Estamos en tiempos de miopía espiritual que hace que se quiera imponer como normal una cultura de lo "bajo", en que parece no haber lugar para la trascendencia y la esperanza. Hoy más que nunca, surge el deseo del hombre: "Queremos ver a Jesús". Muchos rostros que, con un silencio más decidor que mil palabras, nos formulan este pedido.
 

5.   Catequistas adoradores:

Porque adorar es postrarse, reconocer desde la humildad la grandeza infinita de Dios. Sólo la verdadera humildad puede reconocer la verdadera grandeza. Una de las grandes perversiones de nuestro tiempo es que se nos propone adorar lo humano, dejando a un lado lo divino. No adorar lo no adorable es el gran signo de los tiempos de hoy. ídolos que causan muerte no merecen adoración ninguna, sólo el Dios de la vida merece "adoración y gloria". Adorar es decir AMEN.
 

6.   Catequistas conscientes de ser vasijas de barro: 

Con la misma mirada contemplativa con la cual hemos descubierto la cercanía del Señor de la historia, reconozcas en tu fragilidad el tesoro escondido, que confunde a los soberbios y derriba a los poderosos. Abraza tu fragilidad, reconoce tu barro, así darás culto, sólo al verdadero Dios.

7. Catequistas audaces y fervorosos. Implica navegar mar adentro;
Audacia que nos lleva a anunciar a Jesucristo con toda nuestra vida. En esta espiritualidad de navegar, existe la tentación de traicionar la llamada a marchar como pueblo, renunciando al mandato de peregrinación como pueblo, para correr alocadamente la maratón del éxito. De esta manera nos sumaremos a la cultura de la exclusión, en la que sobra el anciano, el niño, donde no hay tiempo... Hace falta mucha audacia para trabajar unidos a la Iglesia y contra la corriente. Caminar como pueblo siempre es más lento, no faltando el cansancio y el desconcierto, pero confiados en la invitación a renovar el fervor de la audacia apostólica, en comunión y unión al sacerdote y los pastores.



8. Catequistas, hombres y mujeres que anuncian cómo es el Señor

Ser catequista no es enseñar catequesis, sino es, desde tu pecado, dejarte mirar por Jesús que te salva, y llevar esa alegría de la salvación a todos los demás explicándoles como es el Señor, pero que sea realmente Señor de los catequizandos. Para lo que hay que ayudarles a rezar en profundidad, adentrarse en sus misterios, a gustar de su presencia... No vaciando el contenido de la catequesis, reduciéndola a simples ideas que llevan a la enfermedad de la historia.
 

9.    Catequistas de este tiempo:

Somos catequistas de este tiempo, de esta Iglesia. Y, por ser catequistas de este tiempo marcado por la crisis y los cambios, no hemos de avergonzarnos de proponer certezas... No todo está en cambio, no todo es inestable, no todo es fruto de la cultura o el consenso. Hay algo que se nos ha dado como don, que supera nuestras capacidades, que supera todo lo que podamos imaginar y pensar. El catequista ha de vivir lo que nos dice S. Juan: "Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él". Podemos decir con el apóstol Pablo: "Sé de quién me he fiado".
 

10.    Catequistas que salgan a "LA PERIFERIA":


Animados a pensar la pastoral de la periferia, desde aquellos que están más alejados, de los que habitualmente no concurren a la parroquia. Ellos también están invitados a la Boda del Cordero. Dios los ha llamado a ser sus catequistas, en esta Iglesia, para que sean parte y protagonistas de la asamblea, no para manejar, ni imponer, gobernar, mandar, o buscar enfrentamiento y lucha, sino para hacer juntos la apasionante experiencia de dar a conocer a Cristo, y dejar que sea Dios quien escriba la historia.

sábado, 25 de enero de 2014

REFLEXIÓN DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO III TIEMPO ORDINARIO



          Las Lecturas de este Domingo nos hablan principalmente de dos cosas: de la manifestación de Jesús como fuente de luz y de salvación, y de la voluntad de los primeros discípulos.

         Jesús es esa “gran luz” que había sido anunciada por el Profeta Isaías así: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz.  Sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció” (Is. 8,23/9-3). 

         El Evangelista San Mateo es uno de los discípulos escogidos y se da cuenta de que esa profecía de Isaías que hemos leído en la Primera Lectura (Is. 9, 1-4) se está cumpliendo ante sus propios ojos.  Por eso, al comenzar a narrar en su Evangelio la vida pública del Señor, San Mateo quiere comunicarnos esa buena nueva a todos: nos dice que Jesús es esa “gran luz” que había sido anunciada por el Profeta Isaías.

         Pero ¿qué significará esto que dice el Profeta Isaías?  En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar, más allá del Jordán, en la región de los paganos.  

         San Mateo nos especifica que Jesús dejó Nazaret y se fue a vivir a Cafarnaún y precisa que esta ciudad quedaba justamente en el territorio de las tribus de Zabulón y Neftalí, como para que sus lectores se den cuenta que de veras se está cumpliendo en Jesús esta profecía de Isaías.  El camino del mar se refiere a una vereda natural que venía del Mediterráneo y pasaba precisamente por el norte del Mar de Galilea, escenario del Evangelio de hoy, donde eran pescadores algunos de los que Jesús escoge como Apóstoles.

         En otro tiempo el Señor humilló esa zona hace referencia a que sus habitantes habían sido conquistados por Asiria siglos antes.  Tan grave era su situación que la zona era llamada Galilea de los paganos, pues estaban en gran oscuridad por ignorancia religiosa, idolatría y otros pecados.  Pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar porque precisamente allí comenzará a brillar esa gran Luz que es Jesucristo.
        
         Es por ello que en el Salmo 26  hemos alabado a Jesús cantando: “El Señor es mi luz y mi salvación”.   Y, siendo el Señor nuestra luz y salvación, ¿a quién deberemos seguir?  ¿En quién nos deberemos apoyar? 

En el Salmo hemos orado respondiendo estas preguntas... Pero a veces no nos damos cuenta de lo que decimos.  Sabiendo que Jesús es nuestra luz y nuestra salvación, a El debemos seguir.  Y de esto se trata este Evangelio de hoy.

         En efecto, San Mateo nos narra también la elección de los primeros discípulos: Pedro, Andrés, Santiago y Juan.  Pero tengamos en cuenta que el Señor nos escoge y nos llama a todos para ser sus discípulos y seguidores.  No sólo llama a los Sacerdotes y a las Religiosas: el Señor nos llama a todos.  Y el Señor llama de muchas maneras y en diferentes circunstancias a lo largo de toda nuestra vida. 

         Sucede, sin embargo, que la voz del Señor es suave y la llamada que hace a nuestra puerta es también suave.  No nos obliga, no nos grita, ni tampoco tumba nuestra puerta.  El Señor es gentil.  No nos doblega, ni nos amenaza.  Pero siempre está allí, llamando a nuestra puerta. 

Somos libres de abrirle o no.  Somos libres de responderle o no.  La llamada es para seguirle a El.  Puede ser en la vida de familia o en la vida religiosa o hasta solos en el celibato.  Pero sea para una u otra cosa, siempre será para “estar en el mundo sin ser del mundo” (Jn. 15, 18 - 17, 14). 

         Esta frase del Señor es ¡tan poco comprendida y tan poco practicada! 

         Hemos sido escogidos por El para seguirle.  “Ven y sígueme”,  les dijo a sus primeros discípulos. “Ven y sígueme”, nos dice a cada uno de nosotros también. 

         Y seguirle a El implica muchas veces ir contra la corriente, ir contra lo que el mundo nos propone.  Seguirle a El es ser como El y es hacer como El.  Y ¿qué hace Jesús?  ¿Qué nos muestra Jesús con su vida aquí en la tierra?  Lo sabemos y El nos lo ha dicho: “He bajado del Cielo no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn. 6, 38). 

         Seguirlo a El es, entonces, buscar la Voluntad de Dios y no la propia voluntad.  Es hacer lo que Dios quiere y no lo que yo quiero.  Es ser como Dios quiere que sea y no como yo quiero ser.

         A veces creemos que por ser Católicos, bautizados, ya tenemos asegurada la salvación. Ciertamente nuestro catolicismo significa que tenemos a nuestra disposición todos los medios de salvación que nos llegan a través de la Iglesia por Cristo fundada.  Pero no basta.

El Señor tal vez podría decirnos como nos ha dicho en la Carta a los Hebreos: “Tengamos cuidado, no sea que alguno se quede fuera.  Porque a nosotros también se nos ha anunciado ese mensaje de salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a ellos no les sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe”  (Hb. 4, 1-2).  Esta advertencia se refiere a que, de los varones que salieron de Egipto, sólo Josué y Caleb entraron a la Tierra Prometida.

         No basta decir yo tengo fe, yo creo en DiosEsa fe tiene consecuencias.   Recibir el mensaje de Jesucristo con fe, hoy, es seguirlo en el cumplimiento de la Voluntad de DiosTal vez algunos que no han nacido y crecido como Católicos busquen la Voluntad de Dios mejor que muchos de los que sí hemos tenido ese privilegio

         Pero, ¿cuál es la Voluntad de Dios?  Primeramente, cumplir los mandamientos.  Eso ya es algo, pero aún no es toda la Voluntad de Dios.  Lo siguiente es aceptar lo que Dios permite para mi vida, sea lo que sea:   lo que me gusta y lo que no me gusta.  Y por último, hacer lo que creo que Dios me pide.
        
¡Cuidado, porque podríamos quedar fuera!  ¡Cuidado si no nos dejamos iluminar por esa “gran luz” que es Jesucristo nuestro Señor!  ¡Cuidado si no aceptamos su mensaje de salvación!  Porque como hemos cantado en el Salmo:  “El Señor es mi luz y mi salvación.  Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida”.   

Y, para vivir en la casa del Señor eternamente, es necesario comenzar a vivir en su casa aquí en la tierra.  Y eso significa vivir en su Voluntad siempre y en todo momento.  

LECTURAS III DOMINGO TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 8, 23b-9, 3
En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL SALMO 26
R.- EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN
El Señor es mi luz y mi salvación, 
¿a quién temeré? 
El Señor es la defensa de mi vida, 
¿quién me hará temblar? R.-
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: 
habitar en la casa del Señor 
por todos los días de mi vida; 
gozar de la dulzura del Señor, 
contemplando su templo. R.-
Espero gozar de la dicha del Señor 
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, 
ten ánimo, espera en el Señor. R.-


SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 10-13. 17
Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: “Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.” ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios

EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 12-23
Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: “País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
-- Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
-- Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Palabra del Señor