jueves, 5 de marzo de 2009

Seguimos caminando

Durante este tiempo de cuaresma ofrecemos desde la parroquia este material del preparación personal para la Pascua.
Se trata de, acompañados de algunos personajes que intervinieron en la Pasión del Señor, ir caminando hacia el encuentro con Jesús crucificado y resucitado.

Cada ciertos días cambiaremos el personaje y profundizaremos en la actitud que él nos ofrece.
Comencemos por:
Juan ... el amigo
“Junto a la cruz estaba su madre…
y junto a ella el discípulo a quien amaba”
Juan, amigo. Vaya semana te espera. Subir a Jerusalén en un contexto hostil. Temiendo perder a Jesús, pero no queriendo dejarlo atrás. Recostarás tu cabeza en el regazo de tu amigo en la cena. Te dormirás en el huerto. Le verás prendido y, como todos, huirás. Luego volverás, y aguantarás, en pie,
ante la cruz, perplejo, dolido… Y después, ¿qué?
Juan no es perfecto. Como ninguno de nosotros. Pero ama. Y porque ama, busca. Es amigo, y como tal quiere al otro, aunque no siempre sepa hacer lo correcto. Es amigo, aunque no héroe. Capaz de dormirse sin percibir el dolor que acongoja a Jesús, sí, pero también capaz de desafiar el miedo, a los soldados y a lo que sea para no dejarle morir sólo, en un madero, sin ver un rostro conocido. Juan esta semana se va a ver enfrentado con el fracaso, el dolor y la pérdida.
¿No es mejor amar, aunque a veces duela, que encapsularse? ¿No conviene estar un poco a la intemperie, un poco abierto a otros? ¿No?
¿Qué retos me plantea a mí la amistad, o el amor, o la gente de mi vida?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este año, no consigo callarme..., siempre tengo ruidos a mi alrededor, no consigo quedarme en silencio conmigo mismo, ni tan siquiera cuando la noche cae...

Amo como Juan amaba a Jesus, pero tengo miedo, miedo porque a pesar de toda mi confianza y tal vez incluso ahora mas que nunca, es cuando mas sordo estoy de Dios. Amar siempre duele....

Pero hay algo dentro de mi que nome deja parar un segundo, quiero amar hasta el extremo pero no se como hacerlo, me encuentro perdido, sin rumbo.... es una sensacion extraña, porque al mismo tiempo es cuando mas confio, cuando mas quiero luchar. No quiero avergonzarme nunca de ser Amiga de Jesus, quiero sentir que mi amor hacia el va mas alla del miedo, del dolor, del fracaso.... Quiero que este desierto sea un desierto.... lleno de vida.