miércoles, 13 de febrero de 2013

TIEMPO DE CUARESMA



TIEMPO DE CUARESMA

     La cuaresma es el tiempo que precede y nos dispone para la celebración de la Pascua.
     Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación, de reconciliación con Dios y con los hermanos, tiempo de oración, de ayuno y de limosna.
     El comienzo de los cuarenta días de penitencia se caracteriza por el austero símbolo de la Ceniza, propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia. El gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y la mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Es tiempo de arrepentimiento, pero que no equivale a la autocompasión o remordimiento, sino a CONVERSIÓN, a volver a centrar nuestra vida en la Santísima Trinidad. No significa mirar atrás disgustado, sino hacía adelante esperanzado. Ni es mirar hacía abajo a nuestros fallos, sino a lo alto, al amor de Dios.
     El arrepentimiento, o cambio de mentalidad, lleva a la vigilancia, que significa estar presentes donde estamos. Creciendo en vigilancia y conocimiento de uno mismo, aprender a ver la diferencia entre el bien y el mal.
     Lo primero que tenemos que hacer, si caminamos hacia Cristo, es no perderlo de vista, tener siempre “los ojos en Jesús” (Hb. 12,2).

     Ver a Jesús, contemplar a Jesús te tiene que cambiar, no se puede ver a Jesús y seguir igual o quedarte en una emoción pasajera.

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