lunes, 2 de junio de 2008

ORACIÓN

Jesús mío, llena mi alma de tu espíritu y tu vida.
Penetra todo mi ser y toma posesión de él
de tal manera que mi vida no sea en adelante
sino una irradiación de la tuya.

Quédate en mi corazón con una unión tan íntima,
que las almas que tengan contacto con la mía,
puedan sentir en mí tu presencia,
y que al mirarme, olviden que yo existo, y no piensen sino en Ti.

Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz para los otros.

Esa luz, vendrá toda de ti; ni uno sólo de sus rayos será mío;
yo te serviré apenas de instrumento
para que ilumines a las almas a través de mí.

Déjame alabarte en la forma que te es más agradable,
llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras
en el camino de otras almas.

Déjame predicar tu nombre con palabras o sin ellas…
Con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción,
con la sobrenatural influencia de mis obras,
con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.

Cardenal Newman

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojala todo el mundo copiara la humildad y calidad humana de la madre Teresa, y haremos caso leeremos el libro este verano.