Hace unos días que hemos acabado la Semana Santa. Los cristianos de Benizar hemos querido vivir un poco más intensamente estos días Sagrados. Para ello nos hemos ido congregando en la parroquia estos días señalados para prepararnos, orar, profundizar y celebrar el sentido de cada uno de los momentos.
Comenzamos nuestra andadura el Miércoles de Ceniza, abriendo este largo camino interior que ha sido la cuaresma. Un viaje hacia el centro de nosotros mismos. Hacia lo que somos y hacia lo que deberíamos ser. Pero un largo caminar acompañado siempre por el mejor de todos los peregrinos: Jesús. Él nos ha ayudado a sentirnos pequeños, humildes y necesitados de su mano amiga, una mano que nos levanta de nuestras caídas y nos impulsa para seguir caminando por los senderos de la Vida que Él nos da.
Un alto en el camino hicimo para sentar y hablar con Él. Para abrirle nuestro corazón y Confesar todas aquellas veces en las que por ceguedad o cansancio hemos apartado de su Amor nuestra mirada, ¡y así nos ha ido! Pero Él volvió a salir a nuestro encuentro como el Padre del Hijo Pródigo, a través del sacramento de la Penitencia que celebramos en la parroquia, para darnos un fuerte abrazo y transmitirnos la alegría de volver a tener a sus hijos en casa.
Ya cerca de esta Semana de Pasión quisimos seguir profundizando en todo el Amor de Jesús por nosotros, un amor que nos llega desde la cruz. Fue entonces cuando nuestro querido coro parroquial nos hizo acompañar a Jesús en oración, a través del concierto-oración que nos preparó en la Iglesia. Fue un momento íntimo, emotivo, pero con un gran sentido de contemplación del Amor de Dios. Gracias a todos por su dedicación.
Y, ahora si, ya en la Semana Santa todos los que nos habiamos preparado y quisimos vivir estos días con profundidad nos fuimos congregando en la parroquia para prepararlos con ilusión. Tuvimos la suerte de contar entre nosotros con tres personas que quisieron compartir su fe con todos, y trabajaron todos estos días porque no faltara ningún detalle, ninguna letra por pintar...
Y así comenzamos...
Lo primero que hicimos fue rezar la Oración de la Mañana (Laudes). Después reflexionamos sobre el sentido del Jueves Santo y que es lo que ibamos a celebrar por la tarde.
A las 1o de la mañana recibimos a los jóvenes que quisieron también vivir una Semana Santa distinta. No fueron muchos, pero si buenos y comprometidos. Rezamo juntos, reflexionamos y trabajamos para que las celebraciones de la tarde en la parroquia estubiesen bien preparadas.
Pero no nos quedamos sólamente en lo exterior, sino que lo más importante es que fuimos también preparando nuestro corazón para sentarnos a la mesa con Jesús, para escuchar sus Palabras y dejar que nos lavara los pies. Y ¿sabéis lo que nos dijo?
"¿Comprendéis lo que acabo de hacer con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón, porque lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, vosotros debéis hacer lo mismo unos con otros. Os he dado ejemplo, para que hagáis lo que yo he hecho con vosotros".
Terminada la celebración de la Cena del Señor, nosotros quisimos continuar con nuestra reflexión, y entonces decidimos recrear aquella misma noche en la que Jesús se sentó a cenar con sus discípulos. Utilizamo sus mismas palabras, sus mismo gestos y hasta nos atrevimos con la misma comida: verduras amargas, pan ácimo, vino, cordero...
Terminada la cena, que fue toda una oración, marchamos de nuevo a la Iglesia, donde ante el monumento concluimos nuestra jornada acompañando a Jesús en la soledad de aquella noche.
VIERNES SANTO
La muerte del Señor en la Cruz.
Jesús ha muerto en la cruz por todos nosotros. Ha derramado su sangre por nosotros. ¿Por qué? Simplemente por Amor. ¿Qué más pruebas necesito?
Este día de silencio lo comenzamos congregados a las 9 de la mañana en el Monumento, para tener allí la Oración de la Mañana. Igualmente reflexionamos sobre el sentido del Viernes Santo: la muerte de Cristo, su Sacrificio en la Cruz y cómo yo me sitúo ante este gesto de Dios.
Los jóvenes también quisieron ser participes de este día, y como el anterior acudieron puntuales a la cita, para orar, reflexionar, profundizar y volver a preparar todo el templo para celebrar por la tarde la Muerte del Señor. Fue una preparación intensa tanto interio como exteriormente.
Así pues todos juntos, a las 5 de la tarde, comenzamos la celebración, en ella el centro fue el relato de la Pasión y la Cruz. Desde ella pudimos escuchar al Señor exclamar:
"Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?"
Fue impresionante cuando después de la celebración, una gran cantidad de gente, acompañamos a Jesús en la oración por el camino del Calvario. Emprendimos desde la Iglesia hasta las Cuevas un Vía Crucis que fue muy bonito tanto por el significado como por el entorno que recorriamos.
Terminado el Vía Crucis nos dió tiempo a descansar un poco en casa y a prepararnos de nuevo en nuestro acompañamiento de Jesús. No queriamos dejarlo sólo ni un momento. Él ha dado su vida por nosotros y que menos podemos hacer que permanecer junto a Él, unidos en su Amor.
Este acompañamiento lo hicimos esta vez mediante la Procesión del Silencio. En un clima del absoluto silencio, acompañamos a nuestra imagen del Cristo del Perdón por las calles de nuestro pueblo. Abundantes penitentes lo caminaron ante Él, únicamente alumbrados por la luz tenue de un vela encendida. Un silencio respetuoso, quebrado por el sonido, casi mudo, de dos tambores que anunciaban el paso del crucificado.
SÁBADO DE RESURRECCIÓN
VIGILIA PASCUAL
Llegó el gran día de la Resurrección. Todo no podía acabar ahí. Aguardamos que se cumpla Su Promesa. Aguardamos la Vida.
Llegó el gran día de la Resurrección. Todo no podía acabar ahí. Aguardamos que se cumpla Su Promesa. Aguardamos la Vida.
Jesús ha muerto, parece que todo se ha acabado. Parece que nada tiene sentido. Solamente nos queda esperar, esperar en su Palabra. Él se encargará de enjugar nuestras lágrimas y dar sentido a todos lo que parece que no lo tiene. En medio de nuestras dudas... "Jesús se presentó en medio y les dijo: La paz esté con vosotros. Y les mostró las manos y el costado. Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros".
Con estos sentimientos comenzamos nuestra jornada el Sábado de Resurrección. Una anhelante espera se apoderaba de nosotros. Teníamos muchas ganas de que llegara la noche, el gran momento de la RESURRECCIÓN.
Comenzamos la jornada como estos días, con la Oración de la Mañana. Esta vez en torno a María. Fuimos repasando con ella los últimos acontecimientos de la vida de su hijo. Y fue ella la que nos consoló y nos lleno de esperanza, pues en lo más profundo de su corazón tenía la certeza de que lo que Él nos había prometido se cumpliría.
Despues de la oración y de profundizar en el sentido de este día de espera comenzamos a trabajar para preparar todos los detalles de la celebración de esta noche. Fue algo increible, indescriptible. Una experiencia del Señor Resucitado en medio de nosotros. El tiempo no nos acompañó, pero a pesar de eso pudimo vivir la Alegría de la Resurrección del Señor en lo más profundo de nuestro corazones.
Solamente tendríamos que decir una cosa más: GRACIAS. Gracias a Dios y a todos los que han participado en alguna de las actividades o celebraciones, porque sin vosotros no hubiese sido posible sentir esta Pascua, este paso del Señor, de esta manera tan especial.
¡¡CRISTO VIVE!! QUIERE VIVIR EN TI
NO LE CIERRES LA PUERTA DE TU CORAZÓN
2 comentarios:
Manolo, ENHORABUENA!! Alucinante tu trabajo en la web... Gracias por tu dedicación e ilusión por crear un Reino más humano, participativo y "fresco". Ojalá muchas parroquias te disfruten. ENhroabuena a la gente de Benizar por la ilusión de una etapa que nunca olvidarán!! No dejési de asistir a este maravilloso musical. En Cieza fue un exitazo. Un fuerte abrazo, Paco Martínez.
Genial,Manolo, como siempre...aunque siempre sorprendiendo de nuevo. Los de Molina sabemos muy bien qué ha sido eso de trabajar contigo y nunca lo olvidaremos. Ahora nos alegramos que otros tengan esa suerte. FELIZ PASCUA PARA TODOS!
Chu
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